Caracas posee el único zoológico subterráneo del mundo. Se llama Metro de Caracas y, aunque muchos piensen que es un medio de transporte, su verdadera función es resguardar diversas especies animales.
Están los hipopótamos, grandes cerdos domésticos de proporciones exageradas, que se atraviesan en las puertas de los vagones y obstruyen la salida de otras bestias. Es importante destacar que por lo general son de carácter pacífico; sin embargo, son sumamente agresivos con cualquiera que se acerque a ellos.
También, están los caballos salvajes. Dotados de una gran resistencia y fortaleza física, pueden correr grandes trechos sin cansancio muscular ni respiratorio. Para liberar adrenalina galopan la transferencia que comunica Capitolio con El Silencio.
En el Metro cohabitan los mandriles. En otros países estos primates están en peligro de extinción; no obstante, aquí en el “Zoológico Metro” abundan por cantidad. Los mandriles son los monos más grandes de planeta, forman pequeños grupos y pueden llegar a lastimar a cualquier otra especie. Se hurgan cuanto orificio poseen en público.
En fin, estos son solo algunos seres salvajes que coexisten en el Metro, el único albergue subterráneo para fieras. Al visitar este espacio absténgase de fumar, beber o comer, toser encima de los demás, hurgarse la nariz, escupir, correr, insultar y/o empujar pues podría confundirse con una criatura más en esta guarida animal.
Nadia Goncalves
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